miércoles, 24 de agosto de 2016

Era septiembre de algún año antes de la revolución. El pueblo estaba aplastado por una sensación rara, mezcla de miedo e incertidumbre.
Caía la tarde y las calles se llenaban de miradas sospechosas, y las multitudes aguardaban en sus casas escuchando las mismas noticias en la radio que el dia anterior. Todos sabían lo que no podían decir, y hablaban de lo que podían saber con palabras sacadas de un cuentagotas.  Pero a Manuel, un sentipensante de profesión, ya nada le importaba desde que el doctor le había dicho algo de que las hormonas lo estaban dejando Calvo.  Ya cansada, su mujer le insistia: -Manuel, si el pelo fuera importante estaría dentro de la cabeza y no por fuera. Como las ideas, Manuel; que las más importantes te dan vueltas en la cabeza durante toda la vida-

No hay comentarios: