viernes, 31 de enero de 2014

Las nubes ardían y se mezclaban por encima de la montaña con destellos de luz roja, violeta y naranja. Las manecillas del reloj se detuvieron y el viento también, no había silencio y tampoco ruido. Era tan perfecta esa postal, que por un momento tuve miedo de no volver a impresionarme nunca mas de nada parecido..para cuando el reloj volvió a correr, ya estaba todo oscuro y mi postal solo en mi recuerdo...