Les tenía fobia a los botones, su perro era de todos los colores, y siempre quiso conocer las islas Svalbard y Budapest.
Su inconciente colectivo nunca le permitió la catarsis, menos llegar al nirvana.
Colecciona rosas de varios planetas, pero el doctor le prohibió volver a la tierra.
Pero no todo es así! se tranquiliza y encuentra paz en las canciones de rulo y bicolor.
No es como el conoto, pero entiende y aprecia varias eufonías.
De vez en cuando habla con el hada verde, y pasea en su elefante rosado...y dicen que compro una planta de ajenjo en algún lugar de Francia.
Se fue de viaje con sus cuatro mejores amigos cronopios, escapando de las famas que los querían censurar.
Le fascinan los anacronismos, pero el tiempo pasa, vuela hacia atrás y se exalta al ver las agujitas corriendo una tras la otra al revés.
Saborea este maná, sabe que será lo último que disfrute hasta que el verde vuela a aparecer. Esperemos que sea, y que sea antes del otoño…
1 comentario:
Como te dije...Muy psicodélico. Muy inteligente.
Después me explicás eso que no sé.
:)
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