Dia 15

"El amor es el único juego que pierdes, simplemente por rehusarte a jugarlo."

Johann Wolfgang von Goethe (1749 - 1832) escritor, filósofo, poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán.

Hoy amaneció nevando acá en el sur, lindo día!Me levante tarde y con dolor de cabeza, anoche tomamos una pluralidad de botellas con unos italianos que conocí en el hostel en el que estoy. No hay como un italiano feliz, ellos no viven la vida, juegan a vivir!
Fui al centro a comprar cartuchos para la vieja polaroid de papa y disfrutando de perderme en la ciudad encontré a una chica tocando la guitarra en las orillas del lago.
Sus dedos acariciaban las cuerdas que lanzaban dulces melodías al aire, y se mezclaban con su eufonía y la leve brisa las acercaba a mis oídos y me queda atónito al oír algo así, era como un cielo nuevo para mi!
Me acerqué, me senté cerca suyo, saque el mate que siempre llevaba en la mochila y me puse a cebar, ella parecía no percatarse de mi existir, estaba cegada e invadida por la magia de rulo y bicolor.
Cuando terminó me regalo una sonrisa, no hacían falta palabras, con el silencio del momento bastaba para condimentar la situación. Le pase un mate, prendí un cigarrillo, agarré la guitarra y comencé a cantar...

"Quiero ver, quiero entrar
nena nadie te va hacer mal
excepto amarte

Vas aquí, vas allá
pero nunca te encontraras
al escaparte..."

Jazmín me llamo me dijo cuando termine, se levanto, corto algunas flores que habían cerca y me las regalo. Luego de eso reímos, cantamos y nos olvidamos de la realidad."Nací en rosario, mama nos abandono a penas nací y papa siempre me culpo de eso...a los doce años me fui a vivir al bolsón con mi abuelos pero tampoco me llevaba bien con ellos así que me escape, con dos amigas nos fuimos a vivir lejos. Ahora vivo como me gusta, vivo con la música y por la música. Creo que algún día, cuando me muera, me haré canción."Cuando nos dimos cuenta que el sol se estaba escondiendo de la luna, que se asomaba silenciosa por detrás de un pequeño bosque no muy lejos, sabíamos que era el momento de irnos. Yo pensé que cada uno se iría por el mismo camino por el cual llegó, pero ella me invito a pasar la noche en su departamento. Vacilé durante la eternidad que separa un segundo de otro y acepte la invitación. En otra ocasión hubiera planeado la mejor manera para hace de ella una marioneta y poder controlarla a mi antojo y saciar alguno de los placeres de los que era esclavo, pero ella es tan transparente, inocente y vulnerable que no puedo...Me siento débil ante ella, pero no débil de fuerza, la miro y me olvido de respirar cuando mi mente se hunde en un sueño fantástico inspirado por su sonrisa y ese touch en el alma del que soy adicto.
Una vez en su departamento seguimos con la buena música, las copas con vinos se fueron vaciando como si fueran de agua de luna una noche de luna nueva, y yo solo miraba sus labios y en mi cabeza se disputaba una guerra la idea de besarla o no...
Destellos de luz entran por la ventana, se trenzan como si se conociesen de toda la vida, y poco a poco van recorriendo la habitación, pero manteniendo todo en penumbras y forman algo parecido a un arco iris en el estampado gris de la pared. Sólo una sábana blanca nos tapaba a los dos.
Deslice la mano por su cuerpo, como admirándola, hasta su cintura, dibujando curvas delicadas y suaves, ella se despertó, dió media vuelta, abrió sus ojos y vi lo mas hermoso que sin duda haya visto en mi vida, el amanecer se transformo en sus ojos, la luz se desarmo y temerosamente ilumino su simple belleza. Me miró con esa mirada que suelen hacer las mujeres cuando quieren conseguir algo...no me pude resistir,la bese y los dos caímos en un vacío intermitente en donde colores y música salían de nuestros cuerpos y se mezclaban formando un cielo no muy arriba nuestro.
Cuando nuestros labios se separaron, volvimos a la habitación en penumbras. Volví a admirarla, corrí el pelo de su cara, sonreí, la abrace, y con el más leve de mis suspiros le dije…
Debía seguir mi viaje, aun me queda mucho por aprender, así que tomé la mochila y antes de irme Jazmín me regaló una canción, de esas que te hacen desentristecer.
Me fui feliz, tranquilo y pensando que estas cosas no pasan por que si...en algún momento nos volveremos a ver.
Camino a donde sea que vaya me di cuenta... había aprendido amar!realmente la amaba!y no importaba si llevábamos juntos 2 días o 2 eternidades!la amaba y eso me hizo mas feliz aun...sabia que teníamos que volver a vernos.
"Giles son los que sobran..." dice la canción, cuanta razón junta. Y pensar que por ahí andan suelto esos desgraciados de mente amorfa que se deleitan por un pedacito de sexo vacío, frió, con varias mujeres, y aveces a la vez, y cuando necesitan de la contención de los brazos de una mujer al sucumbir en la noche, y no los tienen, buscan desesperadamente escapar voviendosé presos de una orgia de placeres.
En algún momento yo estaba destinado a acabar así, pero en eso locos cambios de la vida en el que todo da vuelta y cambia, como si nuestra vida fuera un caleidoscopio y alguien jugara con él, me enamoré, y ahora no pienso más que en estar con ella, sentir su piel cuando me acaricia, su respiración cuando se duerme en mi pecho. Algunos dicen que el amor te vuelve tonto, y si, es verdad, pero no me pueden negar que el amor también nos hace felices con cosas mínimas. Y si para ser feliz con cosas simples hay que ser un tonto, prefiero serlo antes que creerme muy vivo y pensar en la felicidad como una utopía!

"La felicidad solo es verdadera cuando es compartida."

Christopher Johnson McCandless (1968- 1992)