martes, 1 de septiembre de 2009

una cama desecha, una ventana a medio abrir, dos copas y un vestido negro tirado en alguna parte.
destellos de luz entran por la ventana, se trenzan como si se conociecen de toda la vida, y poco a poco van recorriendo la habitación, pero manteniendo todo en penumbras.
mis manos descubren las no excentricidades de tu cuerpo, y se quedan atónitas, rodeadas de tanta perfección.
el amanecer se transforma en tus ojos, la luz se desarma y temerosamente ilumina su armonía.

2 comentarios:

caleidoscopiocatarsis dijo...

Hermoso,perfecto cuadro...de repente me proyecté a esa habitación y los imaginé :)
Me encantó

Libélula dijo...

Nice..

Muy genial.
Adhiero al comentario de Vir,
:)

Suerte!

Vii